Deja que tus hijos se ensucien al jugar
Deja que tus hijos se ensucien al jugar

Deja que tus hijos se ensucien al jugar

Los padres son meticulosos por excelencia y desean tener todo bajo el máximo control en lo que respecta a sus hijos. Les vigilan, ordenan, aconsejan y observan qué hacen por si rompen o dañan algo. Les cuesta permitirles que se ensucien y se estresan por ello.

No solo la higiene y las normas preocupan al padre y madre, también la seguridad del hijo y el aprendizaje en valores, normas y comportamientos adecuados para saber actuar en diferentes situaciones.

Sin embargo, el niño disfruta ensuciándose y en verdad no hay nada malo en ello. Como padres no se pueden pretender dirigir todo.

¿Es malo dejar que se ensucien mis hijos?

Al niño le gusta jugar sin medida y no ve las consecuencias de sus actos. Cuando es pequeño no alcanza a conocer el valor del orden y la limpieza y por supuesto, tampoco le da tanta importancia a su higiene personal. Puede comprender que nadie es perfecto. Eso le hace conectar con la realidad.

Muchos padres son muy maniáticos con el tema de los gérmenes y las bacterias y rehúyen el contacto de sus hijos con animales, objetos y juguetes de fuera de su hogar o impiden que se lleven las manos sucias a la boca.

Cuando son bebés puede vigilarse más cierto tipo de contacto, ya que su sistema inmunológico no está formado en su totalidad. En este punto debe tenerse precaución.

Dejar desarrollarse al hijo

En la libertad está el aprendizaje. No siempre se acierta, es real y de humanos. Los niños necesitan mostrar sus expresiones, ejercitarse, ensuciarse, probar y dejar volar su imaginación.

Si se les cortan las alas no vuelan. Los padres que siempre están reprendiendo al niño o se centran más en sus equivocaciones que en las ideas o aciertos, merman su confianza e iniciativa.

En el momento de descubrimiento y diversión no se les debe frenar por mancharse la ropa. Eso es algo salvable, se estresan por tener que lavar la ropa posteriormente. Son niños y a veces eso se olvida.

No deben preocuparse por este tipo de cosas que en verdad no tienen tanta importancia. El niño no dejará de saber que lo correcto es estar limpio y llevar la ropa bien. Sin embargo, en el juego lo lógico es volverse loco y no desviar la intención.

tips para que los niños jueguen

Ensuciar y ensuciarse tiene beneficios

Contrariamente a lo que se piensa ensuciarse ayuda a no obsesionarse con la limpieza, el orden o la pulcritud. El niño se inmuniza, conecta con la naturaleza, toca, experimenta y siente.

Incluso descubre que hay cosas con las que no tener contacto o que finalmente le resultan desagradables. Pero para esto hay que hacerlo.

Estresarse de modo innecesario

Madre y padre se estresan ante muchas situaciones y problemas que deben resolver. Cuando hay niños la actividad del padre cambia y se incrementa. No deben preocuparse solo de lo que tiene que hacer él, de su pareja, la casa o el trabajo, sino también del hijo en su totalidad.

Cada persona debe conocer sus posibilidades, ponerse objetivos claros y realistas y no pretender abarcar todo, ni que el resto de las personas actúen como él lo haría.

Prestar atención, por lo tanto, a cuestiones tan insignificantes como que el niño se ensucie al jugar o comer, no debe alterar el aspecto emocional del padre o madre. Decirle constantemente que “no” o reprenderle no lo dejan crecer y le limitan.

Los padres añadirán más estrés a su ritmo de vida stresstab controla los niveles de estrés y te ayuda a relajarte.

Es una gran idea pedirle al hijo que ayude a lavar algo puntual o enseñarle a poner una lavadora. El niño comprenderá el sentido del esfuerzo, trabajo, dedicación y limpieza.

El estrés daña la salud

El estrés de los padres no solo les afecta a ellos, sino también a sus hijos. El plazo de entrega de trabajos, las obligaciones con familiares, la dedicación a los niños, la limpieza del hogar, trámites y gestiones burocráticas y la relación de pareja afectan a la persona.

Esto influye en el estado de ánimo. Uno se encuentra agobiado, angustiado y por lo tanto, en menor disposición de pasarlo bien, de realizar planes divertidos donde verdaderamente se disfrute.

La mente está en otra parte cuando hay algo pendiente que hacer o resolver y suele ser complicado de olvidar. El niño ve esas actitudes y percibe al padre menos implicado. Deberías considerar mandar a tu hijo a un campamento de verano para que aquí pueda divertirse y sin miedo a ensuciarse.